Es muy importante involucrar a todas las personas en el proceso de creación y definición del proyecto o del negocio.
Claro está, esta estrategia implica dedicarle mucho tiempo y esfuerzos, dado que se trata de tener en cuenta todas las opiniones y propuestas de quienes integran el equipo de trabajo. Incluso, al principio, puede dar la sensación de que no se tiene del todo el control.
Sin embargo, trabajar duro para conseguir alcanzar un objetivo común, trazado de forma más o menos democrática, no solo conseguirá que los implicados vayan ganando más conocimiento sobre cómo se deben hacer las cosas, sino que, además, se sentirán más motivados en la consecución de su éxito.
¡Juntos somos más fuertes!