Sé transparente.
La transparencia y la honestidad son elementos fundamentales para desarrollar una sólida reputación como empleador. Es clave que puedas mantener una comunicación franca y abierta con los empleados, que les brindes detalles sobre la visión de la empresa, los objetivos a cumplir y los desafíos por superar. Además, es importante no comprometerse a más de lo que realmente se puede cumplir, pues esto podría afectar la confianza que los empleados depositan en la organización… y, no, nadie quiere eso.
Cuida la experiencia del candidato.
Cuando un candidato se postula a una vacante en tu empresa comienza su experiencia con la marca. Es importante que cuides cada paso del proceso de selección, desde la creación de una descripción detallada de la oferta de trabajo hasta las respuestas que reciben por correo electrónico. Si los candidatos tienen una experiencia positiva, independientemente de si son contratados o no, hablarán bien de tu empresa y pueden recomendarla a otros posibles talentos.
