
Los cuatro niveles del propósito.
Cuando nos conectamos con nuestro propósito de vida, todo cambia.
Cuando nos conectamos con nuestro propósito de vida, todo cambia.
Las ciudades necesitan líderes que posean una fe profunda y acciones congruentes.
Un líder debe ser capaz de gestionar el conflicto de manera constructiva y promover una cultura de resolución de problemas.
La misión no pide credenciales, solo corazones dispuestos. Tu vecindario es el campo misionero; tu vida, el mensaje. No esperes una invitación formal—ya la tienes.
Un líder debe ser capaz de motivar y empoderar a los miembros del equipo, fomentando su compromiso y confianza en sí mismos.