Sé intenso y apasionado.
Las ciudades necesitan líderes que posean una fe profunda y acciones congruentes.
Las ciudades necesitan líderes que posean una fe profunda y acciones congruentes.
Un líder debe ser capaz de gestionar el conflicto de manera constructiva y promover una cultura de resolución de problemas.
La misión no pide credenciales, solo corazones dispuestos. Tu vecindario es el campo misionero; tu vida, el mensaje. No esperes una invitación formal—ya la tienes.
Un líder debe ser capaz de motivar y empoderar a los miembros del equipo, fomentando su compromiso y confianza en sí mismos.
Despierta cada día con el deseo profundo de transformar tu vida, tu comunidad y tu ciudad.
Jesús no nos llamó a llenar bancas, sino a salir al mundo con amor radical. “Id y haced discípulos” (Mateo 28:19) no es una sugerencia; es nuestra identidad.