Identificar las actividades desafiantes pero alcanzables que nos apasionen y nos motiven.
Establecer metas claras y específicas que nos permitan medir nuestro progreso y mantenernos enfocados en la tarea.
Eliminar distracciones y crear un entorno propicio para la concentración, ya sea estableciendo un espacio de trabajo tranquilo.
Fortaleciendo tu crecimiento emocional, mental y espiritual.
Recuerda que todo buen líder vive en constante crecimiento.
